¡Ay mi linda! Que yo te miro clandestino. Así, con el miedo de siempre, Con o sin abrigo, De viento a lluvia yo te miro.
¡Ay mi linda! Que yo antes de tener ese chance, Esa gloria de verte, De detallarte e innombrarte, He sufrido. He rogado A las coincidencias El encontrarte.
Y no me hagas caso, Linda... mi linda, No escuches mis quejidos. Que cuando pase de mirarte A lo que quisiera llamar el amorío, Sólo te quiero en detalle Y que te muestres toda delante mío.
Siento que ha sido ya una vida desde que las tengo, desde que adornan mi cara achatando mi nariz. Da igual, me agradan, me alivian, y lo más importante: me dejan ver de lejos.
Nosotros, quienes tenemos miopía somos desafortunados. Desdichados porque somos dependientes de este artefacto que esta sobrepuesto a los ojos. La vista, más allá de servir para mirar, es más usada para admirar. Pero además de esto nos es muy útil para la movilización, y con exceso en Bogotá. (Ya parecerá mi martirio, no lo es, pero tengo cierto rencor frente al transporte urbano de Bogotá... me quejo, pero en silencio... bueno, no tanto.)
Realmente es difícil cómo describir cómo es que ve un miope, pero es más o menos el cambio es así:
¡Y el miope ve de esta manera!
Podrán notar que uno no ve nada... uno sale a la calle dizque a coger un bus y se imaginarán: ¿Cuántos buses de color verde con amarillo pasan por la avenida 19, por la séptima, por la calle 19? La respuesta es sencilla, en abundancia.
Ponerse gafas no es porque sí, quienes las usamos, y más para quienes las tenemos permanentes, le damos el uso más conveniente, el de ver. Es fastidioso y hasta hace doler la cabeza ver un mundo desenfocado, donde sólo se puede ver con detalle algo que esté a 50 - 30 centímetros de uno.
Cosas que hacemos mientras esperamos y transitamos dentro de un bus:
Soy una de las personas que usa el servicio de transporte de Bogotá a diario, con el fin de trasladarme de mi casa hasta la universidad a tiempo y no llegar tarde a una clase que es por la mañana.
Sí, nos vamos a centrar en el comportamiento de las personas, basándome en lo que veo y hago, dentro de un bus y en los pensamientos que se me cruzan desde el momento que salgo a la calle y me encuentro con la avenida por la cual el bus pasa:
Saliendo de casa (apenas, a penas):
1) No hay nada más insoportable (y más cuando uno va tarde a clase) que ver pasar al frente, o a unos metros, el bus que se necesita. Y luego ponerse a pensar en esas cosas que le quitaron tiempo, que fueron inútiles, cuando se estaba dentro del hogar y que hicieron, respectivamente, que no se estuviera en el paradero. Digo insoportable porque; a menos que en serio se vaya muy tarde uno hace lo que sea para cogerlo; uno es tan, ¡pero tan salado! que por pura pereza y esperanza a que otro bus va a pasar dentro de poco, no se hace ningún esfuerzo por alcanzar el vehículo. Y ni se diga cuando uno lo ve con puestos.
2) Los buses tienen como ese don de hacer su recorrido como les plazca. Y para mí, hay tres verdades acerca de su recorrido. La primera es la que más nos conviene: el recorrido puntual, o sea; un bus pasa por el paradero cada 5 a 7 minutos. La segunda verdad es tediosa, pero para el afortunado... fortuna (?). Antes de nombrarla quiero narrarles algo que me suele pasar cuando camino por el barrio: veo que pasa el bus a mi lado, el que hubiera usado para ir a mi clase, o pasan dos buses de los mismos seguidos. Esto lo dice todo, la verdad segunda es cuando dos buses, con el mismo recorrido, pasan por alguna extraña razón seguidos (como dije, quien es afortunado podrá coger cualquiera de los dos. Pero para el que no tendrá que esperar). Y la tercera (y podrán ustedes tener más) es más simple, pero es la que desespera: el bus simplemente no pasa.
3) Algo que nos pasa a los que somos de malas: en cualquiera de las verdades... cuando pasa el bus, está totalmente lleno.
4) Como nos damos cuenta, el proceso para el abordaje de un bus es un desorden... quien llega de primero no siempre va a subir de primero. No sé si les pase pero uno se da cuenta quien se le cola, con o sin intención, en la fila imaginaria que llevamos en la cabeza. Pueden pasar dos cosas: Uno, que no afecte en nada la colada y uno pueda sentarse. O, dos, que la persona que se coló tomó el puesto que estaba predestinado para ti. Es un evento que me da rabia.
Dentro del bus (parado):
1) Cuando se está parado pasarán dos cosas: que el bus va a estar lleno, hasta el punto que dar paso es insoportable y cualquier intento de freno significa estrellarse contra el otro, y que esté vacío. Pero en cualquiera de las dos uno va a estar pendiente de los que van sentados para que cuando vayan a salir uno, más sagas, tome el puesto.
2) Al estar dentro del bus parado, comienza una competencia, yo no veo a las personas como normales, los veo como "más gente que puede coger mi puesto por predeterminación". Me refiero que hay ciertas reglas, no sé si psicológicas o hasta qué punto sean reglas, implícitas que viven quienes vamos abordo del bus y estamos parados. Déjenme decirles, darles, sacar a la luz, estas reglas, que gracias a la experiencia he podido evidenciar, son dos y son para buses con salidas por atrás:
- Cuando se está esperando silla (porque uno no está parado porque sí) en la fila contraria a la puerta del bus, el puesto que a uno le corresponde es el que queda a su izquierda si uno se encuentra en la mitad y sólo en la mitad de dos sillas (en el espaldar).
- Cuando se está esperando silla en la fila donde está la puerta del bus, el puesto que a uno le corresponde es el que queda a su derecha y solo si uno se encuentra en la mitad de dos sillas.
- Las reglas se invierten cuando el bus es de una entrada y salida.
Digo que son reglas porque es difícil que no sean respetadas porque cuando una persona sale, quién está obstruyendo en su salida tiene que moverse, entonces la silla queda para uno.
3) Pasa que cuando el bus está muy lleno, y si uno sigue estas reglas implícitas, uno ya no está ni entre, ni a la derecha o izquierda de una silla, simplemente está.
4) Cuando el bus está vacío, pero sin sillas, que hay como tres personas paradas, uno establece como una margen que es de las sillas que probablemente, cuando se pare el afortunado, son de uno. Cosa negativa es cuando uno queda como único parado del bus, es bastante molesto.
5) Cuando el bus está medio lleno, cuando es soportable, puede pasar que uno sea desafortunado o despistado, porque una persona sentada, que está atrás de uno, se levanta y uno no se da cuenta hasta que uno nota que hay una persona menos parada (porque uno es muy observador y sabe efímeramente quienes están parados). O porque suena el timbre: sinónimo que alguien se tuvo que haber parado, abandonado su silla, para bajarse.
6) Realmente es asqueroso cuando uno está esperando una silla, en la mitad, esperando la de su derecha o izquierda, y que (dos cosas), los que van sentados no se paran y uno termina sentándose muy tarde o que uno se vea obligado, por lo lleno del bus, a moverse, y justo donde esperabas la persona se para.
Dentro del bus (sentado)
1) Realmente ya es bueno estar sentado.
2) El tedio acá son cosas como: Olores, el sujeto que está parado esperando tu puesto y que, si tiene maleta, mochila o algo, te está pegando, o a propósito o porque el bus va muy lleno, el sol de la mañana que te pega en la cara, un frenón muy brusco de quien maneja el bus, algún pisco que se metió a robar, algún otro que se metió a cantar por dinero, o vender cosas.
3) Todo lo anterior se puede soportar (menos el susto por los que roban) porque vas sentado.
Tips: - Es bien importante hacer suposiciones de dónde pueden bajarse los que están sentados (la mayoría son estudiantes a esa hora), entonces si uno quiere sentarse rápido (no es seguro pero sirve) toca mirar los rostros y distinguir si son empresarios (si tienen esa pinta se bajarán en lugares de empresas) o gente adulta que puede bajarse en cualquier momento.
- Si por cuestión de espacio alguien te quiere robar la mitad de la silla puedes hacer lo siguiente. Cada vez que frene el bus intenta ganar puesto, en el sentido que corres la pierna ("para soportar el empujón del freno) y mueves la mano disimuladamente, de poco en poco... la persona se correrá, por sí sola, y tú ganas tu mitad (es de mañas).
En sí, este artículo tiene todo lo que para mí es el "tedio del pasajero". Acá se aprende las situaciones de muchas personas que viajan en bus a diario y lo que puede pasar en las distintas situaciones nombradas. Este es mi tedio, si lo compartimos... gracioso. Si no, puede que algo de lo que leíste te sirva.